La industria de la construcción está más comprometida con sus costos que con el futuro del planeta. A veces, da la impresión que se suman al concepto de obsolescencia controlada y los materiales son malos, pero no porque se fueran a caer edificios, sino por los materiales dañinos para la salud del planeta.
La industria de los materiales de la construcción, con sus derivados y mezclas que intentan economizar, es de las más contaminantes para el planeta.
Ya hay algunas empresas y sobre todo asociaciones y centros de investigación que estudian el problema más inmediato, las emisiones de contaminantes.
Con este espíritu algunos arquitectos le han dedicado tiempo e investigación al problema y realizan sus propuestas.
La casa que muestra la imagen, de los tableros del estudio de arquitectos Snohetta, cuenta con paneles solares para la reducción de energía.
Sin embargo, el problema es más profundo que meramente la energía.
En primer lugar porque necesariamente el espacio y acceso a la suficiente luz, comenzará a ser un problema, con el hacinamiento mundial y los costos de los paneles solares.
Por otra parte, el mantenimiento plantea otro problema, no solo de una casa de estas características, sino del entorno.
La emission de gases, es otro de los problemas, la propuesta de vivir en verde, es decir, integrar las construcciones a la naturaleza, mantener jardines, e incluso técnicas de ozonificación del entorno, de manera que se puede sanear el ambiente y su entorno.
Muchas son las ideas, a un costo que en todo caso sería inferior al costo que costaría recuperar el planeta.
Si algo ha demostrado la globalización es que tener un problema en un país, contagia al vecino, no hay nada que se realice en un lugar que no termine en un impacto de alguna naturaleza en otro.
Por ahora es más fácil echar a perder el planeta que cuidarlo, también es más barato, de manera que las políticas para el cuidado de ecosistemas, parte de intencionalidades individuales.
Bienvenidas las propuesta que piensan en el planeta, que es una manera de pensar en las personas.
Por ahora, la idea de este arquitecto es la reducción de energía y sin utilizar demasiadas ventanas, sino cambiar algunas por paneles solares.
Por ahora, y ante la inmediatez de los estragos de las emisiones, la estimación de saneamiento ambiental en estas propuestas puntuales, parecen pocas.
Habría que presionar a los estados para promover soluciones masivas, ofrecer alternativas de mejoras reales.
Por el momento, las emisiones de dióxido de carbono necesarias para construir este tipo de casa, con una vida útil que se calcula en 60 años, parece poco, una gota en el mar, pero si se comenzara a tomar conciencia que la comodidad no hay por qué dejarla de lado y a la vez enfrentar un problema que ya nos está tocando, sería cuestión de llegar a los políticos, con alguna propuesta de concientización sobre la urgencia de soluciones masivas.